Maridos en desacuerdo

Esta comedia surgió por azar, escuchando a la gente. Un día me invitaron a dar un recital de poesía en el Aula de Cultura y Promoción de la Mujer que, por entonces, año 1982, se reunía en un salón de la Iglesia parroquial todos los días a las cuatro y media.

Una joven señora llegaba sofocada a la clase, porque su marido no le dejaba acudir; pero ella se las apañaba todos los miércoles, para salir de casa a las cuatro y media y acudir al Centro de Cultura, porque le encantaba. Me atreví a preguntarle: ¿Y por qué no le deja su marido acudir al centro? Me contestó: Él dice que el centro de cultura “resabia” a las mujeres.

Me causó tanta gracia que sólo con pensarlo me reía a carcajadas. Estaba deseando llegar a casa para comenzar a escribir la obra.